El paciente inglés triunfó en los Oscars del año 1997 con nueve premios. Hay que recordar que es una producción de Miramax liderada por los hermanos que ya no se pueden nombrar. Así que si le quitas a El paciente inglés toda la publicidad que le ofrece el escaparate de Miramax lo que te queda es una historia de dos amantes, uno profundamente estirado y desagradable, y otra adúltera que se deja seducir y que seduce también al traidor conde, que viven una aventura romántica en el desierto africano descubriendo cuevas en la que hay pinturas rupestres de humanos nadando en el agua.
Y luego hay una enfermera a la que se le mueren todos los que tiene cerca, incluso el paciente inglés aunque estaba tan perjudicado que iba a caer igual. Así que la enfermera y el paciente inglés se retiran a un monasterio bombardeado en la Italia del final de la guerra y, mientras le cuida las heridas, le aplica morfina y le da de comer aparecen un detector de minas sij, con una cabellera infinita enroscada en su turbante, y un conseguidor durante la guerra que reconoce al paciente inglés y que le ayuda a recuperar la memoria que, aparentemente había perdido.
Lo más bonito de la película es la historia de amor entre los personajes de los actores Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas, una de nuestras actrices favoritas en Elepés y Pelis. Empieza con una torta bien dada de Katherine al conde aunque enseguida éste cede y se ofrece a ella completamente. Ella, es adúltera, es una Clifton y está casada con Geoffrey, un simplón interpretado por Colin Firth.
Y llega el conde Almásy y sucumbe bajo su embrujo de aparente déspota, inconformista con su título de conde, traidor a Inglaterra y piloto de aeroplanos viviendo con la sociedad geográfica por el mundo del desierto africano esquilmando a los egipcios para llevárselo a Inglaterra.
Y la señora Clifton le ofrece todo a él. Y él le deja bien claro que nunca podrá corresponderle en el futuro. Y entonces arranca la tragedia en la que él se porta mal con ella y ella quiere estar con él. Y el señor Clifton se entera y estrella su avión, con ella dentro, intentando arrasar al conde Almásy.
Y a partir de ahí la película permite explicar el inicio. Al principio de la película se ve a una desmayada, luego sabemos que está muerta, señora Clifton, en el biplano pilotado por el conde Almásy. Un bombardeo alemán, con la guerra terminada, lo deja fuera de combate y achicharrado. Los bereberes lo salvan y al final cae en manos de Juliette Binoche como la enfermera Hana. Y él dice que no se acuerda de nada, y no se puede ser más traidor.
El paciente inglés es de esas películas en las que los que las ven dicen eso de: «qué buena fotografía y qué buena música». En su momento no la vi y han pasado más de 25 años para verla y entender que los motivos que me llevaron a no verla siguen vigentes.
Sin embargo hay que ver de todo y El paciente inglés es posible que haya ganado con el tiempo por la historia, hermosa, de amor, aunque todo lo que hay alrededor está superado, ya estaba superado en su momento.
Se puede llegar a dar un cabezazo en El paciente inglés. Hay mucho tiempo de película y no todas las escenas tienen el ritmo adecuado. Tiene momentos de gran belleza como el encuentro de la enfermera Hana con el sij. Es un camino de velas enigmático en el que la recompensa es un hermoso encuentro de amor. El personaje de Willem Defoe es desagradable y el personaje de Ralph Fiennes se salva por la contundencia del actor que, siempre que aparece, te apetece ver qué va a hacer. Es revolucionario, injusto, traidor, lleno de pasión y dispuesto a vivir una hermosa historia de amor.
Más información | imdb
Sigue la conversación en @elepesypelis
‘Ciento volando’ presenta el trabajo de Eduardo Chillida quitando lo malo y encontrando el espacio
‘Begin again’ es una película de cómo empiezan en la industria musical un productor y una cantante
‘Deprisa, deprisa’ es el cine social de la transición española que retrató Carlos Saura
Lou Reed y su visión de la ciudad de New York hace 30 años
‘Remando al viento’ y el romanticismo que llegó del frío con Hugh Grant creando mitos