‘Cairo time’ es la historia del agradecimiento infinito al cariño desbordante recibido en El Cairo

‘Cairo time’ es la historia del agradecimiento infinito al cariño desbordante recibido en El Cairo

Patricia Clarkson está espectacular en Cairo time. Interpreta a Juliette, como Romeo and Juliette, y es la mujer del cooperante Markus que está en Gaza con las tropas de la ONU. Acaba de llegar a El Cairo y está sola y aburrida. Además es una mujer que acaba de perder a sus hijos, se han hecho mayores e independientes, y no sabe que hacer en El Cairo, una ciudad en la que si caminas sola acabas siendo abordada por los hombres que no se cortan de apabullar a la mujer que no cumple las normas.

Y entonces entra en juego Alexander Siddig como Tareq, un amigo de su marido Markus que está retirado de las misiones de paz y que regenta un café en El Cairo. El amigo ofrece a Juliette unos días de encuentros llenos de paz, amistad, protección y mucho cariño que ella va recibiendo despacio sin darse cuenta hasta que entiende que tiene que agradecer tanta generosidad con ella. Y entonces rompe su promesa de ir a visitar las pirámides con su marido y las va a visitar con Tareq. No parece que haya un encuentro sexual entre los dos, aunque la película incluye varias elipsis. Lo que es cierto es que ella cada vez se siente más atractiva ¡peinado, vestuario y hasta los zapatos son más bonitos! en su compañía y le va mostrando a él el agradecimiento por su cariño y amistad.

Y es que ella está enamorada de su marido y también sabe que su amor con él, con Tareq, es imposible. Se lo dice él cuando le habla de una historia del pasado con una mujer cristiana armenia, él es musulmán y la relación es imposible. Además el tiempo pasó y él se quedó con el corazón roto porque se casó con otro hombre.

Y luego está Elena Anaya con su personaje Kathryn que aunque parece que no pinta nada en la película le descubre la verdadera condición del hombre musulmán. Y Juliette no se quiere arriesgar a conocerla de primera mano. Y es que ellos son muy cariñosos y generosos hasta que conquistan a la mujer, y entonces tienden un lazo de poder sobre ellas que no las deja respirar. Y a Juliette, que es una mujer inteligente, no le apetece recorrer ese camino y decide mantener la relación en un estado indefinido.

Porque él no va a llamarle, no va a escribirle, no va a recordar nada de esos momentos. Él los ofreció y los compartió y allí quedaron. Él disfrutó enseñándole a fumar en shisha probando sabores llenos de atractivo, también a tomar el mejor café del mundo. Se dejó perder jugando al ajedrez, la protegió de los temibles motoristas que recorren las calles de El Cairo a toda velocidad. Y también le ayudó a sobreponerse al miedo al agua, Juliette no sabe nadar y Tareq la lleva en una barcaza por las aguas del Nilo.

Y al final la lleva a las pirámides. Keops, Kefrén y Micerino les esperan más de cinco mil años después y viven la experiencia juntos, ella sentada sobre la chaqueta generosa de él, y él sentado junto a ella. Todos los milenios a sus pies, su pasión contenida descansando en las piedras irregulares aunque creciendo deprisa sin llegar a desbordar los elevados muros de contención.

Y entonces aparece el marido, Markus, por fin en El Cairo y ella sin ningún deseo e ilusión por ver a su marido. Ha vivido en El Cairo experiencias increíbles y hasta ha roto la promesa de visitar las pirámides con él. Sin embargo las visitan, en un taxi, en el que suena la música que ella ha descubierto y disfrutado ¡y hasta bailado! estos días. Y se emociona con los recuerdos y aunque quiere comprar tiempo y mantener el recuerdo de los días vividos al final se encamina con su marido a las pirámides a cumplir la promesa. Aunque nada será igual, o sí.

No hay opción al cabezazo. La interpretación de Patricia Clarkson es una maravilla porque consigue que su Juliette se vaya transformando desde una occidental con su cultura ¡qué calor hace aquí! y su personalidad indisoluble en el Middle East ¿por qué le llaman Middle East?, hasta una mujer totalmente entregada al cariño y a la atención incombustible de Tareq que sabe disfrutar de los placeres de El Cairo, de sus gentes, de sus calles, de sus costumbres y de las monumentales pirámides que se mantienen como imponentes testigos de las pasiones que surgen a su alrededor.

Más información | imdb

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