La película A complete unknown está llena de emociones. Se trata de un acercamiento a la enorme figura de Bob Dylan entre los años 1961 y 1965 realizada con mucho trabajo por James Mangold. En esos años el mundo, algo parecido a lo que pasa ahora, empezó a cambiar a toda velocidad siendo el final, probablemente, el mayo del 68 francés. Y Bob Dylan tuvo la suerte de estar allí y de poder quedar inmortalizado por su enorme talento. El talento se ve rápido y cuando empieza la película canta ante Pete Seeger y Woody Guthrie y los líderes del folk entienden que están ante el futuro de la música que les gusta y también de algo más.
El protagonista silencioso de la película es la CBS que fue cuando se llamaba Columbia Broadcasting System. La clave es que los directivos de la compañía vieron también rápido el talento de Bob Dylan y le ficharon para ampliar su catálogo llevándole al folk, música popular americana en la que los cantantes se animaban a comprometerse con la sociedad tocando la guitarra y terminando las canciones como izando la guitarra al cielo. Y Dylan dijo que hasta ahí.

No me pude acercar a Dylan hasta bien entrado el siglo XXI. Tenía tantos prejuicios encima ¡el rollo cantautor comprometido! que había que quitárselos con la edad. La relación con Joan Baez la tenía muy arraigada en el pasado y me sigue pareciendo un enorme tostón aunque ella, en la película, utiliza miradas, gestos y palabras que buscan humillar al amante que, era mucho mejor que ella y que, además, sabía que tenía que seguir evolucionando. Bob Dylan era una persona inabarcable y los que se lo encontraban se daban cuenta rápido.
Me gusta el sentido del humor, o las ganas de huir, o el mecanismo de escape que utilizaba Bob Dylan con las chicas. Por ejemplo cómo les contaba historias de que vivía en un circo son maravillosas y que los vaqueros les enseñasen a tocar la guitarra es muy divertido y hasta cierto punto creíble. Hasta que Joan Baez le dice basta y él parece aceptar la derrota, o no.

La carrera posterior de Bob Dylan es inabarcable por el legado, por las canciones que tocaron otros y que las hicieron más grandes todavía y porque cambió la forma de consumir música en Estados Unidos. Parece que había competencia con The Beatles, se llegan a nombrar en la película, aunque su estilo propio y su calidad en las letras, que años después le sirvieron para conseguir el premio Nobel de Literatura, además de que sigue girando con su Rolling Thunder Revue ¡ya empezó en aquella época! y que hace años le pude ver en Collado Villalba en Madrid. Una leyenda de la música.
Y muchos querían estar con él. En la película aparecen los primeros músicos que le acompañaron y que le sirvieron para alejarse del folk ofreciéndole electricidad y arreglos muy potentes. Me gusta mucho como Al Kooper se acerca a Dylan para tocar la guitarra. Y le dicen que había cola para tocar la guitarra con él. Así que Al Kooper se marcha al teclado y ahí empieza a tocar de una forma que hace volverse a Bob Dylan. A partir de ahí la relación duraría muchos años.

Que Bob Dylan dejase la cosa folk es un alivio para todos. Su capacidad para hacer letras es impresionante y aunque en la película no se cuenta nada de este proceso sí se intuye que le daba muchas vueltas antes de tener la versión final. Máquina de escribir, bolígrafo, sonidos en la guitarra… todo le servía para sacar sus letras intensas. Y luego, que tampoco se ve, el trabajo en el estudio para conseguir construir un sonido que amplificase la fuerza de las canciones.

En el vídeo de más abajo celebra, con un montón de amigos, el 30 años después de su primer disco con la CBS. Las dos canciones de Neil Young son espectaculares y es una maravilla ver el vídeo ¡por fin en You tube! del 30 aniversario. Es el año 1992, treinta años después de la grabación con CBS. Y, han pasado otros 30 y ahí sigue tocando y cantando con sus amigos por todo el mundo ¡y con su camisa de lunares!
En el vídeo está Al Kooper en el teclado. Neil Young le mira, cuando toca sus canciones, y le agradece el trabajo. Y, en general, todos adoran a Al Kooper. Y, por supuesto a Bob Dylan que, en el vídeo, se le puede ver haciendo folk sólo con su guitarra aunque su legado es mucho más que él con el instrumento. Aunque probablemente es a lo que le tiene que estar más agradecido porque es lo que el abrió las puertas a cantar y a grabar discos.
En el final la relación de la Sylvie de Elle Fanning y Timothee Chalamet. Parece que Sylvie no existía y que en realidad la chica era Suze Rotolo, aunque no nos importa demasiado. Es la chica que aparece en la portada del disco The Freewheelin’ Bob Dylan y en la película se muestran algunos ejemplos de cómo se tomaron las imágenes ¡el fotógrafo de la CBS! De todas formas los protagonistas, Elle y Timothee ya compartieron un papel juntos, con Woody Allen, mejor olvidar lo que dijo este excelente actor del director, en A rainy day in New York.
Y Timothee Chalamet canta, y todos los demás también. Aquí se les puede escuchar:
Más información | imdb
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