‘Último deseo’ o cómo recrear un apocalipsis nuclear con bajísimo presupuesto
La película Último deseo es inclasificable o no. Ofrece un espectáculo sin descanso que empieza por un encuentro liberal sexual, en 1976, sigue con un apocalipsis nuclear con consecuencias en las mentes y en la visión de los individuos. Después hay un ataque de los ciegos vivientes y termina con todos como pasto de la tragedia de los que no sobreviven. El argumento es absurdo aunque tiene un gran valor. Y es que con escasos recursos el director León Klimovsky construye escenas en las que hay enorme tensión y sin necesidad de estirar el paso del tiempo. Recurrir a la...